En los mementos que nos ha tocado vivir, cualquier ayuda para mejorar nuestra posición laboral, puede ser buena. Con este libro cambiará nuestra valoración sobre el trabajo manual.
El argumento de este libro es que el trabajo intelectual está sobrevalorado en detrimento del trabajo manual, con la consecuente pérdida de talleres de oficios manuales y por lo tanto de nuevos aprendices de estas artesanías. Entre muchas otras cosas el autor cuestiona el imperativo vigente en la educación de que todos tienen que ser «trabajadores del conocimiento».
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